viernes, 12 de noviembre de 2010

Aún


Por momentos quiero ser calmo y quieto, quiero danzar con mis manos en otros cuerpos, tomando de los demás lo que me importe, lo que pueda inducir a aquellos, que al verlos no los quiero pero cuando se van les temo porque me dejan al encuentro de mi voluntad, de mi calma a la cual no le puedo dejar de sonreír, utilizando todo lo que aprendo para enseñarlo y así olvidarme de mí...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Soledad apatrida...



Nos encontramos en todos cuando nuestras manos se sienten vacias y ya no pueden posarse en nadie más, averiguar con nuestros ojos como nuestras palabras nos engañan e intentan reafirmar nuestra propia negligenciareflejada como una identidad, me gusta observar mis manos verlas cuando siguen a su antojo del poder sentir, de poder doler.

Muchas veces nos dejamos, abrumandos a nuestra propia dolencia ajustando cada palabra a quien nos acompaña por un rato, por tan sólo un momento, preguntado las razones de un que hacer diario.

Camino y caminas, intento y me miras, callado pienso y te miro, solicitando un silencio que te aleje de mí, quiero sólo eso por el momeno, tu silencio, los vacios y dolores los escondos cuando tu te levantas y hablando sublimo lo que puedo ser, quiero compartir tus recuerdos y negarte los mios, sedarme a la costumbre que lo tuyo me quite el miedo y las justificaciones ahora vengan de ti y simplemente pueda perdonarte lo que escondo, al azar de poderte sonreir.